miércoles, 31 de agosto de 2011

¡Ayuda a proteger las especies en peligro!

Souvenirs fabricados con aves siete colores (Tachuris rubrigastra rubrigastra) embalsamadas.
© Hernán Torres

por Marcela Torres

Un reciente comunicado de TRAFFIC, la red de monitoreo de comercio de animales, y la Asociación de Conservación de Vida Silvestre de China (CWCA) pide a los ciudadanos chinos que viven en África que no lleven marfil y otros productos animales ilegales a China.

El daño causado a las poblaciones de elefantes del mundo por el comercio de marfil es bien conocido y la mayoría de la gente entiende por qué es importante cumplir con la prohibición de vender y comprar estos productos. Existen, sin embargo, otras especies en peligro de extinción cuya situación no es tan ampliamente conocida y los turistas pueden estar dañándolas sin sospecharlo. Lamentablemente, los souvenirs fabricados con especies en peligro a menudo se venden abiertamente, dificultando que los turistas sepan si están causando daño o no.

Además de promover la caza de especies en peligro, los turistas que llevan este tipo de productos en su equipaje a veces corren el riesgo de pagar altas multas o incluso pasar tiempo en la cárcel. Cada año, los funcionarios de Aduanas en todo el mundo confiscan miles de souvenirs fabricados con especies en peligro, las cuales están protegidas por la Convención de las Naciones Unidas sobre Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Amenazada (CITES).

Los países signatarios de la CITES, entre los que se encuentra Chile, prohíben la importación y la exportación de productos fabricados con especies que puedan estar en peligro en cualquier parte del mundo, incluyendo el marfil, las caparazones de tortugas, los corales y muchos productos hechos con pieles, cueros y plumas. Si compra un abrigo de piel, un tallado en hueso o unas botas hechas con cuero de caimán, podría exigírsele que muestre un certificado al ingresar o salir del país en el que demuestre que estos bienes no fueron fabricados usando especies en peligro.

En Chile, en los años 70, la CITES advirtió al país acerca de sus reducidas poblaciones de vicuña (Vicugna vicugna), un camélido sudamericano –pariente distante de los camellos- que era cazado sostenidamente por su fibra, que es altamente valorada en los mercados internacionales. El gobierno de Chile llevó a cabo un exitoso plan para prohibir y controlar la caza de esta especie para que se recuperara en las partes del norte del país y ahora podemos disfrutar verla correr libremente en las alturas de Los Andes.

Cuando tengas dudas, lo mejor es que simplemente no compres ningún souvenir fabricado con animales. De esa manera, no estarás dañando a ninguna especie en peligro y también reducirás el riesgo de ser detenido por funcionarios de Aduanas cuando regreses a casa. ¡Y, por supuesto, serás un ejemplo de turista responsable!

martes, 23 de agosto de 2011

¡Recicla, recicla, recicla!

Contenedores de reciclaje en el Cerro San Cristóbal, Santiago, Chile.
© Hernán Torres

por Marcela Torres

Una de las acciones que podemos tomar como turistas y ciudadanos responsables es evitar dejar desechos botados en los lugares que visitamos. El ideal es llevarse la basura y reciclarla. En Chile no siempre es tan fácil encontrar contenedores de reciclaje, pero algunos hoteles ya están incorporándolos en sus instalaciones y algunos atractivos turísticos, como el Cerro San Cristóbal, también los tienen.

Lo bueno es que en Chile el reciclaje ha estado ligado por años a obras sociales. Por ejemplo, la Fundación San José entrega a las empresas cajas para el reciclaje de papel y también tienen contenedores en algunos supermercados. El dinero que obtienen del reciclaje les sirve para financiar sus centros de adopción.

La Corporación de Ayuda al Niño Quemado (COANIQUEM) recicla botellas y envases de vidrio para financiar sus centros de atención a niños quemados. El Comité Pro Defensa de la Flora y Fauna (CODEFF) también recicla vidrio para apoyar proyectos ambientales, como su Centro de Recuperación de Fauna en el Cajón del Maipo.

Los envases de Tetra Pak vacíos son reciclados por la Fundación Un Techo para Chile para obtener fondos para su campaña de construcción de casas para familias sin hogar. Y el Centro Nacional de la Familia (CENFA) recicla botellas plásticas de bebidas, jugos y agua mineral para financiar su iniciativa para ayudar a familias en conflicto.

Entonces, al reciclar no sólo se está contribuyendo al cuidado del medio ambiente, sino que también se está apoyando a organizaciones sin fines de lucro que realizan importantes obras sociales en Chile. ¿Qué mejores beneficios podría tener?

El mensaje final, entonces, es: ¡Recicla, recicla, recicla!

miércoles, 17 de agosto de 2011

Isla de Pascua, el lugar más interesante del mundo

Moais en distintos estados en el Parque Nacional Rapa Nui, en la Isla de Pascua, Chile.
© Hernán Torres

por Marcela Torres

Hace unas semanas, el blog de viajes de la prestigiosa revista norteamericana de negocios Forbes destacó a Isla de Pascua como el “lugar más interesante del mundo”. Según el cronista, Larry Olmstead, le sorprende que no se sepa más sobre la isla, siendo que –en su opinión- es mucho más atractiva que otros destinos remotos y exóticos como Machu Picchu, las ruinas Mayas o las pirámides de Egipto.

¿Qué hace a Isla de Pascua tan especial? Olmstead dice que son el misterio y el enigma que rodea a los Moai. El autor afirma que aunque las construcciones de Machu Picchu y las pirámides son impresionantes, sabemos bastante acerca de quiénes las edificaron y con qué propósito. Lo que no sucede con Isla de Pascua.

En su blog, Olmstead también destaca que en la isla no se observan las grandes multitudes de turistas que quitan atractivo a muchos otros destinos con aglomeraciones excesivas. Ya hemos comentado la importancia de evitar el uso excesivo de las atracciones turísticas anteriormente en nuestro blog.

La buena noticia es que en Isla de Pascua, si bien el turismo es su principal fuente de ingresos, tanto la población local como las autoridades de gobierno se han preocupado por promover el desarrollo de un turismo sustentable.

Prueba de ello es el Centro de Visitantes Sustentable que se inauguró en mayo de este año en el Parque Nacional Rapa Nui, que cubre gran parte de la isla. Es el segundo en su tipo –el primero se construyó el 2006 en la Reserva Nacional Los Flamencos, en el norte de Chile- y un gran avance hacia el turismo responsable.

Con adelantos como la generación de energía eléctrica a través de paneles solares y medidas de seguridad y resguardo reforzadas para los visitantes del lugar, el costo total de la obra fue de 468 mil dólares, que fueron aportados por el Gobierno Regional de Valparaíso, por American Express -a través del Fondo Mundial para Monumentos (WMF)- y por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), la agencia gubernamental que administra las áreas protegidas en Chile.

Esto se suma a otras iniciativas emprendidas por el Gobierno de Chile para promover el turismo sustentable en Isla de Pascua, tales como la capacitación en ecoturismo realizada en conjunto con la UNESCO el 2009 y la actual campaña para la distinción de sustentabilidad que realiza el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), una especie de certificación que se aplicará como proyecto piloto en la isla con el objetivo de luego replicarla en otros destinos de Chile.

Todos estos avances y la merecida aclamación de la Isla de Pascua en el blog de viajes de la revista Forbes, sin duda son importantes para promover el turismo responsable en ese mágico lugar para que pueda continuar siendo disfrutado por las generaciones futuras.

jueves, 11 de agosto de 2011

Prefiera productos locales

Productos locales en la feria de Valdivia, en el sur de Chile.
© Marcela Torres

por Marcela Torres

Uno de los principios del turismo responsable es apoyar a las economías locales. ¿Cómo se puede lograr? ¡Fácil! Comprando productos provenientes del lugar que se visita y exigiendo a las empresas de turismo que privilegien también a los productores locales y a los restaurantes que ofrecen comida de la zona.

Además, al hacerlo estarás reduciendo tu huella de carbono porque al preferir productos locales se disminuye la cantidad de energía necesaria para su transporte. ¿Has pensado cuánto cuesta en Chile, por ejemplo, comer camarones ecuatorianos? ¿O chocolates suizos? ¿O aceite de oliva español?

Por supuesto que no se trata de restringir el intercambio comercial entre los países. Pero cuando viajas a un destino, tu visita será más significativa si contribuyes a la economía local consumiendo productos y comidas fabricados en la zona.

Piensa en los pequeños productores de pasteles tradicionales y chicha del Valle de Curacaví, por ejemplo. O las decenas de viñedos que producen vinos de excelente calidad en el Valle del Maipo. O los agricultores que plantan la quinoa tan típica del altiplano de los Andes. O la gran variedad de pescados y mariscos que se puede obtener en toda la costa chilena.

Cómo uno decide gastar su dinero cuando viaja es importante. Personalmente, si voy a otro país, no busco comida chilena por mucho que me guste. Siempre disfruto descubriendo nuevas variedades de platos hechos con productos típicos de la localidad. Ahí está la magia de viajar. En la posibilidad de ampliar tus horizontes, probar cosas nuevas y dejarte maravillar por la diversidad y autenticidad del lugar que visitas. Y si ayudas a la gente local es mucho mejor. ¿O no?

viernes, 5 de agosto de 2011

Viajeros prefieren hoteles verdes

Paneles solares de las habitaciones del Hotel GEN Suite, en Santiago, Chile.
© Hotel GEN Suite

por Marcela Torres

Un reciente estudio realizado por la Facultad de Administración Hotelera de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, reflejó que los viajeros de negocios y turismo prefieren hoteles con políticas de sustentabilidad.

La investigación entrevistó a 571 personas, quienes manifestaron que el atributo más importante para ellos era la certificación verde. Los encuestados también apoyan que los hoteles tomen medidas como la instalación de dispensadores de champú rellenables, el uso de ampolletas que ahorren energía y políticas de reutilización de toallas y sábanas. Sin embargo, unos pocos entrevistados manifestaron que estarían de acuerdo con pagar más por una “habitación verde”.

Aunque los investigadores advierten que el estudio sólo encuestó a personas que manifestaron un interés por alojarse en un “hotel verde” y, por lo tanto, no se puede generalizar a todos los turistas, los resultados siguen siendo interesantes porque presentan una tendencia cada vez más generalizada, sobre todo entre viajeros provenientes de países como Estados Unidos, Canadá y Europa, y presenta desafíos para la industria hotelera.

Hace poco me reuní con la representante de un hotel perteneciente a una gran cadena internacional quien me decía que los pasajeros siempre preguntaban por la sustentabilidad del establecimiento, pero según ella era imposible para un hotel de ciudad ser “verde”. Le respondí que tal vez, pero siempre se pueden tomar medidas que contribuyan a la conservación del medio ambiente.

La mejor prueba es que hace poco menos de un año abrió sus puertas en Santiago el primer hotel verde. Entre otras cosas, el nuevo establecimiento utiliza paneles solares para proveer la energía eléctrica para las habitaciones y promueve el reciclaje entre sus empleados y huéspedes. No suena tan difícil, ¿verdad?

Otras medidas que se pueden tomar –y que ya están siendo usadas por algunos hoteles- incluyen que los pasajeros indiquen si están dispuestos a reutilizar sus toallas para evitar tanto gasto de agua en lavados e instalar cartillas con consejos como no dejar el agua corriendo mientras se lavan los dientes y no dejar el aire acondicionado encendido cuando no están en la habitación.

A nivel de administración, los hoteles que se preocupan por reducir su consumo energético, su gasto de agua y su generación de basura pueden incluso terminar ahorrando al mismo tiempo que contribuyen a cuidar el medio ambiente. Si no me creen, les recomiendo que lean el libro “Green to Gold”.

Siempre se puede hacer algo y cada pequeño paso hacia la sustentabilidad es importante. Al final, el planeta y los pasajeros lo agradecerán. Esa es la clave del turismo responsable.