Bailarines frente a la Iglesia de La Tirana, en el norte de Chile.
© Hernán Torres
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por Marcela Torres
Este sábado 16 de julio se celebra en Chile la Fiesta de La Tirana, en honor a la Virgen del Carmen, patrona del país. El pueblo de La Tirana, con una población cercana a los 560 habitantes, se prepara para recibir unos 250.000 turistas, de los cuales se calcula que el 70% corresponde a chilenos y el 30% a extranjeros provenientes de naciones vecinas, tales como Perú y Bolivia, junto a visitantes de largo recorrido desde España, Alemania y Bélgica.
Durante esta festividad, el lugar se transforma, a medida que bailarines y comerciantes inundan el pueblo donde los creyentes dedican música, baile y ofrendas a la Virgen. Entre los bailes folclóricos, los más tradicionales son las diabladas, llamadas así por la careta y el traje de diablo que usan los bailarines. La danza representa el enfrentamiento entre el bien y el mal, mezclando elementos propios de las tradiciones católicas introducidas durante la conquista española con ritos ancestrales andinos.
El pueblo de La Tirana supuestamente marca el punto donde fue enterrada una princesa inca conocida como la tirana de la Pampa del Tamarugal por inspirar el terror de todos los conquistadores e indígenas conversos de la zona en su lucha contra el dominio español durante el siglo 16. Cuenta la historia que se enamoró de uno de sus prisioneros, un portugués que la convirtió al catolicismo, y que ambos fueron muertos por sus guerreros inca mientras él la bautizaba. Al morir, ella pidió que pusieran una cruz sobre su tumba. Un monje español habría encontrado la cruz y así habría nacido el pueblo de La Tirana.
Los festejos del 16 de julio representan la mezcla de ambas culturas y corresponden a uno de los eventos típicos más populares de Chile. Aunque los habitantes de La Tirana esperan con ansias este día, tanto por el significado de la fiesta como por los mayores ingresos gracias al flujo de visitantes, la actividad también presenta peligros tales como la superación de la capacidad de carga de la zona por la cantidad de turistas que llegan.
Otro desafío es evitar que La Tirana dependa económicamente de una fecha al año. Por eso, una agrupación de mujeres del pueblo se asoció y obtuvo financiamiento estatal para crear un centro de información turística, que fue inaugurado en mayo de 2011, apostando a que La Tirana tiene atractivos suficientes para atraer visitantes durante todo el año.
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